8 de marzo de 2012

Carta de despedida


Y en esas tardes de verano que veíamos estrellas bajo tu techo,
constelaciones enteras pasaban y se fundían en tus pupilas,
solía verte y reía solo por como mirabas:
Con un alo de misterio tan característico
dolor y alegría a la vez.
Y sufría esa agonía tan profunda por no poder revelar el misterio de tu voz;
no pronunciabas nada y decías tanto,
con los labios cerrados llenabas mi corazón de magia
con tus ojos cerrados
mi alma encontraba refugio.

Y en ese momento en que todo cambio
Constelaciones me pisotearon.
La magia en pesadillas se tornó
Ahora lucho por saber el misterio que existe a tu alrededor,
como fue posible que así te hallas matado.
No es una condición física,
el suicidio de tu antiguo ser??
Las personas no deberían dar esa vuelta de tuera tan abismal, tan inocente y tan rápida.
Y las pupilas nunca más se fundieron, dejaron de ser lo que solían;
Basta de misterio y magia
Y contando de eso ¿ya todos conocen tu secreto?
La superficialidad del alma invadió tus labios,
la propia conciencia es un desperdicio
que es acallado con alcohol
Por que? Nadie mas que vos podría saberlo,
talvez todos menos yo.
¿Cuándo la cabeza manda, el corazón calla?
Ojala quede algo de ese antiguo personaje,
real o no, débil pero viviendo,
luchando por salir adelante.
Puede que solo sea un gran deseo,
el anhelo de muerte mayor dentro Mio

El caso es que lo incentivé? En el suicidio la culpa se reparte en fragmentos,
me alejo como nunca al no poder ver al monstruo que cree,
ese malversado Frankenstein que consume como una suerte de hoyo negro todo a su alrededor.
Después, esta cosa dentro de tu antiguo cuerpo grita al verme la espalda?
La perspectiva se va al carajo, no te parece?

Caminante errante en dirección a ningún lado prefiero ser,
con las estrellas fugaces como guía,
no necesito, no quiero ver esas pupilas
y no poder contemplar lo mágico que solía ser,
escuchar el silencio y terminar desolado no es como preferiría terminar.

En algún momento las estrellas lo agradecerán